Para sacar todo el rendimiento a estos alimentos, lo fundamental es descongelarlos bien. Para mantener los congelados con todas sus propiedades nutricionales y evitar cualquier posible alteración, el primer paso es respetar la cadena del frío desde el momento en que el alimento es manipulado, trasladado y expuesto, hasta que llega a la mesa.
Marisco crudo
El marisco sólo debe descongelarse si se va a cocinar a la plancha o al horno.
Para cocerlo en agua o al vapor, es mejor hacerlo con el producto directamente congelado.
Para descongelar el marisco crudo con cáscara (gambón, cigala,..) la mejor opción es sumergirlo en agua fría unos minutos, justo antes de cocinarlo. Cuando tenga la textura de descongelado, sólo hay que escurrirlo y ya está listo para que lo cocines a tu gusto.
Si el marisco no lleva cáscara (gamba, vianda de vieira, mejillón…) déjalo descongelar en la nevera sobre un recipiente con rejilla y tapado.
Para cocerlo: pon una olla al fuego con abundante agua y unas hojas de laurel. Cuando hierva, añade sal y el marisco directamente congelado. Una vez cocido, enfríalo con agua y hielo para detener la cocción y, por último, escúrrelo.
Marisco ya cocido
El marisco que ponemos a tu disposición en las tiendas Hiperxel ya cocido (buey de mar, camarón cocido, langosta cocida.,..) debe descongelarse en la nevera sobre un recipiente con rejilla y tapado.
Si se va consumir tibio, puedes calentarlo al vapor directamente congelado.
Si seguimos todos estos pasos, podemos estar seguros de que las propiedades organolépticas de nuestro marisco congelado (color, sabor, textura y aroma) serán óptimas. Además, también conservaremos intactas las propiedades que no vemos, es decir, las nutricionales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca el alto valor nutricional del marisco, muy beneficioso para la salud por su riqueza en proteínas, ácidos grasos Omega-3, vitaminas y minerales.