¿Quién no disfruta del sabor de unas buenas gambas? Y es que este crustáceo perteneciente a la familia Penaeidae encanta a todos los paladares, incluidos los más exigentes, pero además, es un gran aliado en la cocinas de hogares y restaurantes por su variedad de formas para prepararla y porque permite darle toques especiales que enfatizan su sabor. Sin olvidar que siempre las podemos encontrar en los lineales de alimentos congelados, para degustarla en cualquier época del año.
Existen diferentes tipos de gambas, más de 3.000 variedades, pero destacan la gamba blanca, Parapenaeus longirostris, y la gamba roja, Aristeus antennatus.
Su explotación supone un 6% de la pesca pesca mundial.
Y, por cierto, ¿sabías que existen decoraciones de gambas en vasijas encontradas en las ruinas de Pompeya o plataformas de secado de gambas en el Imperio azteca?
La gamba blanca es de cuerpo liso, con forma alargada y algo aplanada lateralmente; su rostro es largo y tiene un pequeño pico ligeramente curvado hacia arriba, ocho dientes de sierra semejantes en la parte superior, y ninguno en la inferior. Se caracteriza por su color rosa pálido o anaranjado con el rostro más teñido de rojo y siendo sus laterales de la cola en tono naranja muy intenso. Su caparazón es transparente y la región abdominal aparece en color violáceo por efecto de la translucidez. La talla máxima de la gamba blanca es de aproximadamente unos 16 cm (19 cm en hembras), siendo la común entre 8 y 14 cm.
Por su parte, la gamba roja o rosada es de tamaño mediano a grande. Su cabeza es alargada con caparazón liso, sin espinas ni surcos. Tiene una pequeña cresta en los últimos segmentos del abdomen. Su telson – último segmento abdominal que ejerce de cola- es largo, terminado en punta y comprimido lateralmente. Su color es rosa rojizo, con tonos azulados en el caparazón. Los tres primeros pares de patas terminan en una pinza. La talla máxima es de 22 cm, mientras que la común ronda los 10-18 cm.
Tanto en el caso de la gamba blanca como de la gamba roja o rosada hablamos de un alimento muy valorado a nivel nutritivo por su bajo contenido en grasas, que es todavía menor en el caso de la gamba blanca. Pero no podemos olvidar que, como cada alimento, debemos de consumirlo de forma moderada; en el caso de las gambas por su elevado nivel de purinas y colesterol, como advierten desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN); organización desde donde nos explican que “el agua representa casi el 80% de su composición, y también aporta a nuestro organismo una notable cantidad de proteínas”.
Las gambas y la cigalas comparte un nivel de minerales muy similares, sin embargo el nivel de yodo de las gambas es más elevado. En cuanto a las vitaminas que nos aportan destacan las vitamina B12 y B3 o niacina”.
Pero si hay algo por lo que destacan las gambas, además de por su sabor, es que son muy ricas en fósforo, imprescindible para transportar y almacenar energía, y en calcio, clave para una buena salud ósea.
Las gambas están presenten en los menús de celebración de muchos hogares y, por supuesto, de muchos restaurantes. Por todo ello, en las tiendas de Congelados Hiperxel, repartidas por la geografía gallega, siempre puedes encontrarlas congeladas de la mayor calidad.