El bacalao es un alimento que sobresale por ser rico en nutrientes que escasean en otros alimentos, quizás por eso, por su característico sabor y por su versatilidad para ser cocinado, se trata de uno de pescados más demandados en las tiendas HIperxel, repartidas por toda Galicia.
En este artículo, vamos a hacer un repaso por esos nutrientes, principalmente dos, que caracterizan al bacalao y que no son tan habituales en otros alimentos.
Bacalao: un pescado rico en selenio
El bacalao, un pescado blando de carne magra, siendo su hígado donde se acumula gran parte de la grasa que posee, muy escasa, por cierto. Es una fuente perfecta principalmente de tres nutrientes, no fáciles de encontrar en otros alimentos: vitamina D, selenio y ácidos grasos Omega-3.
El selenio es imprescindible para la integridad de las células de nuestro cuerpo; es clave en la protección de nuestras células frente a gentes oxidativos que pueden llegar a destruirlas. Este mineral no abunda en muchos alimentos, pero, en cambio, tan sólo 200 gramos de bacalao cubren del 60 al 70 por ciento de la cantidad diaria recomendada de selenio.
Bacalao: un protector cardiovascular por su cantidad de ácidos grasos Omega 3
Aunque como indicábamos en las primeras líneas de este artículo, el bacalao es un pescado magro, la escasa grasa que tiene está formada por ácidos grasos Omega 3: ¡los más saludables!
Siguiendo con el ejemplo de una razón de 200 gramos de bacalao, su consumo nos aporta el 80% de la cantidad diaria de ácidos grasos Omega 3 que necesitamos para una buena salud.
Los ácidos grasos Omega 3 son una verdadera fuente de salud; un protector cardiovascular. La evidencia científica ha demostrado que el consumo de pescado rico en este tipo de grasas se asocia a una reducción de la mortalidad por causas cardiovasculares, en cuanto este tipo de ácidos grasos ayudan a mantener los niveles normales de presión sanguínea y triglicéridos en sangre, favoreciendo la circulación.
Mejor bacalao sin sal o al punto de sal
El bacalao salado tiene una cantidad elevada de sal, aunque se puede re-ducir a la mitad si se pone a remojo. Por este motivo, las personas que tienen hipertensión arterial o alteraciones en la retención de líquidos deben preferir el bacalao sin sal o al punto de sal. No podemos obviar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que advierte que el 80% de la población toma más sodio del recomendado, por lo que todo el mundo debe tener en cuenta el aporte de sal diario.
Una de las ventajas del bacalao es que podemos encontrarlo en múltiples formas, fresco, salado, ahumado, desalado, congelado… Según la técnica culinaria o receta que se vaya preparar, se puede elegir entre la gran variedad que hay en el mercado de presentaciones del bacalao. Cuando se opta por el bacalao salado, es importante desalarlo para consumirlo y la mejor forma de hacerlo es la siguiente:
Bacalao: el pescado en el que todo se aprovecha
Una vez retirada la carne del bacalao, se aprovechan sus desechos para la fabricación de harina de pescado, mientras que las huevas se pueden vender frescas o ahumadas o utilizarse como cebo para la pesca. Por su parte, el aceite extraído del hígado de bacalao, además de contener ácidos grasos 0mega 3, es una de las fuentes más importantes de vitaminas A y D, por lo que es muy demandado como complemento dietético.
Estamos seguros de que este no será el único artículo que dedicaremos a este pescado.