Brócoli congelado: razones por las que debe formar parte de una dieta saludable
Salud cardiovascular. El brócoli ayuda a eliminar el colesterol malo del cuerpo, favoreciendo la salud cardiovascular.
Alimento detox. Las propiedades antioxidantes del brécol ayudan a eliminar toxinas, los radicales libres y el ácido úrico gracias a que el sulforafano mejora la función del hígado. De esta manera, la piel y la sangre se purifican.
Piel sana y bonita. Es una limento rico en antioxidantes, vitaminas E, B, A K y ácidos Omega -3, que favorecen el cuidado de la dermis. Además, es rico en vitamina C, necesaria para estimular la producción de colágeno que dota de flexibilidad a la piel; la vitamina E protege las membranas celulares de la piel y defiende contra el daño por radiación de rayos UVA. ¡La combinación perfecta!
Huesos fuertes. Esta verdura es una gran fuente de calcio, fósforo, magnesio y zinc, imprescindibles en la prevención de la osteoporosis.
Salud ocular. La zeaxantina y el beta-caroteno, la vitamina B2, y la vitamina A convierten al brócoli en protector de la vista. Su consumo habitual previene la degeneración muscular, las cataratas y los daños de las radiaciones UV, así como otras enfermedades degenerativas.
Protección contra la anemia por su cantidad de hierro.
Fuente de fibra: recomendado en aquellas situaciones en que se sufre estreñimiento.
Mejora el sistema inmunitario. Gracias a la vitamina C, el beta-caroteno, las múltiples vitaminas y los minerales, el brócoli ayuda a fortalecer el sistema inmune.
Si estás embarazada, el brócoli es tu aliado. El ácido fólico y el fósforo son indispensables para la formación del feto.
Prevención de diferentes tipos de cáncer. Tiene propiedades anticancerígenas, que se potencian con su contenido de vitamina A, C y E, aminoácidos, zinc y potasio. Investigaciones concluyen que el consumo de brócoli es efectivo como prevención del cáncer de mama, de útero, de próstata, hígado, colon, riñones e intestinos.